Tuesday, October 11, 2005

por qué no olvidar el doce de octubre.

Cada vez que nos preguntamos quiénes somos, de dónde venimos, cuál es nuestra historia, el 12 de octubre es una fecha que puede darnos algunas respuestas. Como dice el historiador Felipe Pigna, “hay que dejar de hablar del indígena en pasado” veamos su presente, y tengamos muy en cuenta que en nuestro país, se estiman que entre 800.000 y 2.000.000 personas son descendientes de pobladores originarios.

De la mixtura que nació en 1942 estamos hechos todos nosotros, y esa riqueza no puede ni debe ignorarse. Pero hoy, con conciencia del avasallamiento que perpetraron los conquistadores sobre los pobladores de estas tierras, un avasallamiento que sigue repitiéndose de diferentes formas, en la mayoría de los países latinos americanos. Hoy , sin caer en la idealización de las culturas originarias, ni agraviar a los europeos, cabe preguntarnos, ¿Qué heredamos de la América precolombina? ¿Y por qué debemos tratar de recuperarlo?

Usamos sin saberlo, muchas de sus palabras, escuchamos su música o nos vestimos con motivos que ellos diseñaron. Pero podríamos recuperar aún más, en un país donde escasea la solidaridad, el mínimo respeto hacia el otro, el compromiso con la gente y con el lugar donde uno vive, si tan solo nos detuviéramos en nuestras raíces y reflexionáramos acerca del respeto reverencial que los mapuches le rinde a sus ancianos, el especial cuidado que los guaraníes le brindan a sus niños, o sobre la noción de que los seres humanos somos uno con la tierra, y sus más pequeños habitantes.

La historia, nos ha mostrado la mayoría de las veces un aborigen salvaje, bestial, instrumento del demonio!; Pero, si tan sólo nos detuviéramos a mirar al “Otro”, realizaríamos un nuevo descubrimiento 500 años después, y esta vez, este redescubrimiento nos puede dejar más riqueza que el oro consumido por los conquistadores, porque nos están brindando la posibilidad de aprender de su saber ancestral, y su mirada del mundo puede ayudarnos a conectarnos con nuestra idea de patria, de hogar, tal como lo plantean los hermanos collas, para quienes“la tierra es mucho más que la tierra, La Pachamama, o madre tierra, es el lugar de pertenencia, el lugar en que descansan los antepasados, la que da alimento y cobijo, como tal, merece respeto y cuidado”. Lo interesante es que, toda la tecnología y la ciencia del mundo civilizado ha reparado en esta verdad después de varios desastres ecológicos, mientras que los pueblos aborígenes, lo sabían desde hace miles de años.

Hoy cuando lleguemos a casa, podemos elegir entre seguir buscando respuestas acerca de nuestra identidad, o podemos elegir olvidar esto que acabo de plantear, pero ya no somos los mismos, porque uds. y yo sabemos que no hay una sola historia. La decisión es toda nuestra, de uds. y de mi depende, gran parte de la historia que le vamos a heredar a nuestros hijos o a los más pequeños.
G.M. y B.C

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